Café
- Home
- Bienes coloniales
- Café
Una preciada mercancía de cambio
¡La Cooperativa fundada en las personas!
L'Unione del Porto:
expertos en café
En la estadística mundial del comercio, el café está entre las mercancías más importantes. Esta importante mercancía de cambio llega sobre todo de Sudamérica, África, América del Norte y Central, Asia.
Transportado por vía marítima, en granos verdes, tiene ante sí un largo viaje y varias fases de elaboración.
Especializada en el café, la Cooperativa ofrece una amplia gama de servicios para el almacenamiento y la elaboración: actividad marítima y aduanera, control de calidad de las materias primas, vaciado de los contenedores, almacenamiento, elaboración y distribución.
Algo más...
Orígenes del café
El origen de la planta del café se pierde en la historia a través de infinitas leyendas. Son muchas las historias transmitidas que atribuyen la paternidad del descubrimiento a varios personajes de manera más o menos casual. Una historia curiosa narra que un pastor de Yemen observó que sus ovejas se ponían nerviosas y excitadas después de haber comido unas bayas rojizas. Contó el hecho a un monje que preparó una infusión con las bayas y produjo una bebida amarga, pero que daba fuerza al que la bebía. Otra historia cuenta que hubo un incendio en Etiopía que transformó el bosque en una especie de torrefacción natural que desprendía un gran aroma. En el mundo islámico se cuenta que el Arcángel Gabriel obsequió a Mahoma con una bebida vigorizante que le permitiera rezar. Por lo tanto, los orígenes se pierden en la noche de los tiempos. Se piensa que ya en la Sagrada Biblia y en algunos textos del poeta griego Homero se encuentran citaciones de una bebida oscura con propiedades vigorizantes. En el siglo XVI el café llegó a Europa desde Etiopía gracias a algunos sacos de café olvidados por los turcos en retirada desde Viena. Se difunde desde Venecia donde parece que nació la primera tienda de café alrededor de 1640. Sin embargo, la primera descripción del café se debe al médico Prospero Albino en 1592, pero la primera cafetería parece que nació en Constantinopla en 1554. El uso se extendió a todo el Islam y quizás los mercaderes venecianos lo introdujeron en Europa mucho antes de la batalla de Viena. Y justo en occidente su introducción tuvo diversas fortunas. La Iglesia lo acusó de ser la «bebida del diablo». Hasta que el Papa Clemente VIII decidió santificar su uso. Desde ese momento el café se esparció por todas partes, y los consumidores llegaron a ser millones tanto en Europa como en América. Sin quererlo fue el rey Gustavo III de Suecia que demostró al mundo «la inocencia» de esta bebida y que se podía beber en gran cantidad, sin estar mal. Suecia, de hecho, en aquellos tiempos estaba dividida entre los que apoyaban el té y los que apoyaban el café y el Rey decidió realizar un experimento con dos gemelos condenados a muerte: el primero bebería solo café y el segundo solo té. El Rey y los científicos no vivieron lo suficiente para obtener resultados, ya que ambos condenados murieron con más de 80 años.
Torrefacción del café
Las semillas del café son las semillas de una planta perenne de la familia de las «Rubiáceas», género Coffea, de la que forman parte aproximadamente 80 especies. Entre todas las especies las 2 más importantes son las conocidas como «Arábica» y «Robusta». Sus frutos contienen 2 semillas que se extraen mediante 2 métodos: el «Proceso en seco», que aprovechando la acción solar da origen a los cafés denominados «Naturales», y el «Proceso Húmedo», del que se obtienen los cafés «lavados» o «suaves». Los «Robusta» son normalmente naturales, mientras que los «Arábica» son suaves, a excepción de los cultivados en Brasil, Cuba, Haití, Etiopía e India. Independientemente de si es «Natural» o «Suave», para exprimir toda su fragancia, el café tiene que ser tostado. Descubierto probablemente por casualidad (se narra, de hecho, que una persona distraída olvidó los granos cerca del fuego), el tostado y la torrefacción dan al café un color que varía desde el marrón al pardo - negro; con ello se caramelizan los azúcares, se carboniza la celulosa y, sobre todo, favorece la formación de compuestos volátiles a los que se debe su inconfundible aroma. El diferente grado de tostado y la mezcla de café de varios orígenes, determinan los diferentes sabores que puede tener la bebida. Las mezclas a base de «Arábica», por ejemplo, son mucho más dulces y aromáticas, mientras que las que contienen un considerable porcentaje de «Robusta» son más amargas, con cuerpo y con un sabor más fuerte. La operación de tostado se realiza mediante una máquina torrefactora (tostadora) que, con un ciclo de tueste de aproximadamente 15 - 18 minutos a una temperatura de 200 grados, hace que baje el peso del café un 20% aproximadamente (esto es debido principalmente a la pérdida de agua del grano). Después del tueste se lleva a cabo la fase de desgasificación, fase extremadamente importante para hacer que el café adquiera y refuerce las características organolépticas con el fin de resaltar el sabor y el aroma. Dicho periodo de desgasificación dura entre 24 - 48 horas. En este punto, el café está listo para ser empaquetado y comercializado para regalarnos la bebida considerada típica de los italianos.